Frecuentemente recibo emails de personas que me comentan que sienten que su vida transcurre como en una cadena de montaje robotizada. Han vivido algunas cosas pero no terminan de sentirlas como propias. Como un sonámbulo, pasando las horas en piloto automático, sin apreciar nada de lo que nos sucede.

Así nos perdemos instantes mágicos, hermosos, valiosos de la vida. Cada día, desde el amanecer hasta el crepúsculo, tenemos grandes oportunidades para reinventarnos, para escribir nuestro relato, plantando la ilusión, con pequeños gestos que lo cambian todo.

Hoy voy a proponeros un par de sugerencias muy sencillas de seguir.

La primera es llevar unas flores naturales un día a tu trabajo e ir apreciando esos aromas que os atraen, cualesquiera que sean, o ese detalle de color que nos aporta, nos conecta con la tierra, nos alegra la decoración de la oficina, como rompiendo con la monotonía del espacio, etc. Incluso lo podemos aplicar en nuestro hogar. Todos esos aportes, como cambiar los muebles de sitios o cualquier objeto, o introducir un póster o lámina, pueden ser altamente reveladores.

Pruébalo y verás, si no lo has hecho todavía…

Otra cosa que podéis hacer, tiene que ver con algo que ya hemos comentado a veces, y es el permanecer atentos a no dejar pasar la oportunidad de vivir conscientemente. Tenemos cientos de momentos a lo largo del día (espero que los que me vais leyendo os mantengáis más alerta!) y vivir la vida bien vivida consiste en captar qué información nos pueden estar dando. Muchas veces caemos en piloto automático, que no deja de ser un modo de ir a remolque de los acontecimientos: Un día más de trabajo (es decir, sin apreciar lo que nos aporta), espero que la cena finalice pronto (o sea, me aburro pero soy incapaz de marchar o hacer que cambie la situación), etc. Es una pista muy valiosa que quizás  nos permite profundizar en esa experiencia, pero no perpetuarla, qué es lo que realmente debemos hacer.

Cada día es una gran oportunidad de vivir la vida, saboreando los presentes de este hermoso planeta.

Y de descubrir relaciones fantásticas, no únicamente con nuestros congéneres, sino con los minerales, con las plantas y con el mundo animal.

Porque tú eres único y exclusivo. Y como tal puedes vivir una vida única y exclusiva.

Bendiciones.

¿Estás atento a la información que te envía la vida a diario o funcionas en piloto automático a remolque de los acontecimientos?

Ana Hatun Sonqo