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Empezaré este pequeño escrito con una frase de un personaje de “El señor de los anillos”:

«No diré: no llores; porque no todas las lágrimas son un mal». (Gandalf)

Hace tiempo que algunas personas de mi círculo más cercano, me comentan que debería escribir un libro de las anécdotas y curiosidades que suceden dentro de un ritual con plantas.

Sin duda alguna, estoy convencido que no dejaría indiferente a nadie, no ganaría un premio planeta, pero si haría sonreír a más de uno, que se vería reflejado y por otro lado, me llevaría un buen dinerito a mi bolsillo, por contar esas anécdotas divertidas, esas anécdotas extrañas, esas anécdotas espirituales, esas anécdotas psicológicas con ese punto de terror, que aunque estas no son muy habituales, si son un gran material para un buen thriller de Alfred Hitchcock.

Anécdotas reales, que cuento en muchas ocasiones (sin nombrar al ejecutor) para consumir el tiempo y amenizar las tertulias antes de empezar los eventos que todos conocéis, para mí es el inicio de una preparación, sugestión e incidir en crear un buen ambiente, un buen pensamiento y una buena actitud a los participantes.

Y como no! Empezaré contando una mía! Ya que es sano reírse de uno mismo y de la ingenuidad e ignorancia de mis inicios en este mundo de los rituales espirituales y ceremonias con plantas Maestras.

Hace mucho tiempo que participé en mi primer ritual chamanico, acompañaba a Ana, mi querida compañera actualmente, en aquella época no tenía ni idea de donde me metía y la verdad, lo más chamanico que conocía eran las portadas de los discos de Carlos Santana y ver algún documental. No obstante dicen que la curiosidad mató al gato... y un servidor es muy pero que muy curioso..! Ahora comprenderéis como esa curiosidad, encendió la llama que llevo dentro, y que me lleva a continuar por este hermoso y difícil camino que recorro.

Mi trabajo en aquel tiempo era ser como “Un Sherpa”... Cargar, descargar, mover, montar y desmontar! Algo que hoy continúo haciendo de forma distinta y sin las cargas de aquel tiempo.

En esa primera noche durante el desarrollo del ritual una de las persona que participaban, estaba viviendo un momento difícil, perdido en otro plano de la realidad, aquella persona buscaba un “Punto de referencia” para sujetarse, anclarse, centrarse para comprender y aliviar su dolor. Ana y sus asistentes intentaban ayudar a esa persona a superarlo, en ese momento de la noche me encontraba en una esquina de la sala, y en la distancia observaba lo que acontecía.

El proceso de esta persona eran bastante fuerte, al menos esa era mi impresión, mientras observaba el espectáculo, Ana se gira y me vio! Y con voz fuerte y contundente me dice: “LUZ”.

Sorprendido por la reacción y la verdad algo acojonado, reaccione!

Como estaba al lado de un interruptor de la “LUZ”, entendí que Ana me decía que encendiera la “LUZ”. Y sin más dilación pulse ese interruptor...

Y se encendió la LUZ… toda la sala se iluminó… una “LUZ” maravillosa, veía la cara de toooodassss esas personas que estaban en la penumbra realizando sus trabajos personales o espirituales.

Satisfecho con una sonrisa de oreja a oreja por ser rápido en ejecutar una orden de mi amada... llegó la sorpresa... Ana con cara de “mala leche” se giró de nuevo y me grita “Esa NO”…

Mi sorpresa era MAYÚSCULA, no entendía… Sobré cogido, mi mente empezó a funcionar a la velocidad de la “LUZ”, en ese instante comprendí mi error y con un “Lo siento” volví a pulsar ese interruptor y la “LUZ” se apagó.

Recorría por todo mi cuerpo un estremecimiento y un pensamiento… Tete la has cagado!…

Acojonado y sin saber qué hacer, vi como algunas de las asistentes de Ana empezaron a reír, Ana con la cara muy seria se acercó a mí y me dijo “visualiza y envía a través de tu pensamiento, LUZ a esa persona, envía calma, envía tranquilidad, para ayudar desde la distancia a esa persona”…

Acostumbrado a entender la energía con voltios, amperios e intensidades industriales! Me tope de golpe con otro tipo de compresión de la energía.

El desconocimiento y la ignorancia hace que sucedan estas cosas, algunas son divertidas y una buena base para contar historias y anécdotas para amenizar este tipo de veladas, donde una sonrisa alivia tanto o más que pulsar un interruptor de la LUZ.

En otra ocasión contaré otra anécdota, no tan divertida pero si muy instructiva, que debería dar una reflexión a esas personas que pretenden ser, lo que no son y que en ese instante, en ese momento para el que lo ve puede ser divertido, pero es todo lo contrario! Es dañino y peligroso para quien lo está realizado.

Que tengáis una buena semana mis queridos navegantes!

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