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Los Seres de Luz a través de La Escritura Espiritual

 

Establecer el contacto con seres del más allá siempre ha sido un anhelo de las personas que buscan respuestas a incógnitas existenciales como el sentido de la vida y la muerte. La mayoría de las culturas contemplan ese tránsito, comunicándose con otros planos de la realidad para establecer la comunicación con los difuntos. Los egipcios elaboraron mapas para acceder al otro lado, los druidas construían altares canalizadores de esas energías, los celtas convivían con los espíritus de la naturaleza y los indígenas del Amazonas consumen plantas de poder como la Ayahuasca, llamada la soga de los muertos, para acceder a estados de conciencia acrecentados y conectar con otras realidades.

El gran misterio de la muerte sigue siendo un galimatías, nadie ha regresado para decirnos lo que ocurre con exactitud, a pesar de ello en esta dimensión material tenemos sistemas que nos acercan a los espíritus para recibir sus mensajes como es la escritura espiritual. Esta práctica me la transmitió mi yaya cuando era muy pequeña, un juego muy simple que consistía en realizar garabatos con un lápiz y un papel. Primero los trazos eran ilegibles, formas que no tenían sentido, dibujos infantiles sin estructura, líneas y curvas inconexas donde mi mano se dejaba llevar por un impulso, una especie de danza suave y sutil. Después empezaron a llegar frases escritas con mensajes muy profundos cuyo sentido erizaba mi piel.

En mi familia consideramos que la escritura espiritual es un sistema de comunicación con los seres de luz, de elevadas frecuencias, donde ese espíritu se manifiesta sobre la mano de la persona para hacerla escribir y transmitir sus mensajes.

Dicho de esta forma parece muy sencillo y en cierta manera lo es, lo que ocurre es que debe haber una sintonización de energías entre el escribiente, la persona que recibe los mensajes y el comunicador, el espíritu que se manifiesta a través de la escritura. Podríamos decir que el receptor es un instrumento que debe estar muy bien afinado para emitir vibraciones que sintonicen con las frecuencias del ser de luz, que son muy elevadas.

Para establecer esta relación hay que tener en cuenta varios aspectos de tiene que ver sobretodo con el instrumento. Es muy importante el estado físico, mental y emocional para llegar al espiritual. Te damos estás recomendaciones:

Limpieza de energías en la persona que recibirá los mensajes. Lo primero la higiene física, una buena ducha con agua y jabón. Después una limpia chamánica con elementos que ayuden a liberar las bajas energías para acabar con una música chamánica que contribuya a calmar la mente y mejorar la autoestima.

No debes establecer el contacto a través de la escritura espiritual cuando estés enfermo o tengas malestar físico.

Tampoco cuando tengas excesivas preocupaciones, estés triste, enojado o muy negativo. Es muy comprensible cuando estás mal el querer encontrar un apoyo que te de consuelo, pero en esas circunstancias solo vas a atraer bajas energías que te engañaran, jugaran contigo o robaran toda tu vitalidad.

Cuando ha fallecido un ser muy querido abstente de realizar tus prácticas al menos durante un mes. El difunto debe estar completamente trascendido a otro plano y también las personas que quedan aquí deben aceptar lo cambios y realizar su luto. Una parte de nosotros también se libera y trasciende.

La vida y la muerte están unidas. La tierra y el cielo están juntos. Los seres de Luz desean comunicarse con nosotros solo debemos encontrar el método y beneficiarnos todos juntos de esta bellísima relación eternamente.

Ana Hatun Sonqo