Este recién estrenado año se presenta con grandes retos personales y colectivos. Desde el 2012 hemos experimentado una nueva etapa de la humanidad, un renacer donde los velos han caído, mostrándonos una realidad sin espejismos, despertando del sueño, de lo que creíamos que éramos.
El 2013 llego como una bomba atómica, destrozando el mundo creado por cada uno de nosotros; lo que nos daba seguridad se esfumo y ahí apareció un camino que nos adentro a lo desconocido, a saber que nada existía. Nos desubico.
El 2014 fue muy polarizado. Aquellos que fluyeron con aceptación en la cotidianidad de su existencia salieron airosos de los numerosos retos que nos colocaron ante cada uno de nosotros. Los que se resistieron, enganchados en buscar explicaciones, entraron en una espiral infernal donde las pruebas cada vez se hicieron más persistentes hasta llevarlos al umbral de la locura.
Y llego el 2015. En este tercer año después del 2012, entramos en la trascendencia familiar. Todos los lazos del pasado, ancestrales, deben cortarse de raíz. Es probable que en los años anteriores se hayan producido acontecimientos para cerrar esas etapas familiares castradoras.
Cadenas muy densas que no han dejado aflorar nuestra auténtica naturaleza, generalmente relacionada con uno de nuestros padres con el que jamás hemos tenido una buena relación y donde siempre se ha dado una des compensación entre ambos; abusó de poder, maltrato emocional y/o físico, culpabilidad, imposición, obligaciones, etc.
Vive tu propio camino:
El tema es serio, muy serio. Este año va ha provocar situaciones de gran dramatismo, violencia y agresividad. Nuestra alma reclama el lugar que le corresponde en la tierra y la necesidad de cumplir con su misión de vida, aquello para lo que regreso de nuevo a este momento.
La trampa mortal de la familia es un juego de estrategia en una guerra de poder. Obviamente, en todo conflicto hay un vencedor y un vencido, pero este desafío debe trascender los roles y las polaridades.
Ni bueno ni malo. Ni ángel ni demonio. Ni ganador ni perdedor. Conectar con la dualidad te ancla en el sueño, en la trampa y te perpetúa en un estado que te limita a seguir en un personaje que ya debe morir....
Para renacer. Es muy importante ver a nuestros progenitores como simples personas con sus virtudes y defectos. La idealización infantil ha de caer, al igual que los apegos hacia esas creencias que fueron inculcadas. No son tuyas. No te pertenecen.
Es más que todo eso. En su momento te ayudaron a entender el mundo, pero esa percepción fue tan solo una base para crear tu propia línea de referencias, aquellas que parten desde tu interior, desde tu propia substancia divina.
Ese es el objetivo del 2015, sacar los lastres pasados para dejar aflorar quien eres realmente. El camino es duro. Nadie puede hacer esta tarea por ti. Nadie. Si te pueden orientar, mostrar senderos, opciones...
Pero la elección es tuya. Quedarte como estas, atrapado en la vida de otros o realizarte como ser y vivir tu propia vida. La tuya. Se nos ha mostrado como liberar esa energía atrapada karmicamente. La instrucción es muy clara y definida; soltar, compensar, integrar y trascender.
Sacar esa energía que tiene forma, tamaño y profundidad es deshacer milenios ancestrales de cargas tóxicas. No es fácil, pero si es el momento. Ahora tenemos grandes facilidades para aligerarnos de esas mochilas pesadas.
Son demasiadas vidas repitiendo lo mismo. Y nuestra alma esta muy cansada.... Siempre es lo mismo.
Trascender para ordenar:
Pero el gran reto no es únicamente diluir las cadenas, no, esto va mucho más allá. Debemos amar a nuestro enemigo como nos han repetido tantas religiones, filosofías y dogmas durante milenios.
Ahora se ha de hacer realidad de verdad a través de aquellos que nos dieron la vida, de los padres, de nuestros seres más cercanos, los que ancestralmente pusieron la “semilla” de la evolución, aquellos que nos llevaron al infierno para aprender a trascender las heridas.
A partir de ahí los lazos se equilibran, se hacen luz, moviendo el mundo, desplegando el amor. Este es el gran desafío del 2015.
Y aquellos que están más arriba son “responsables” de dar la mano a los que están más rezagados. Pero, cada uno elije; coger la mano o cerrar los ojos, seguir en la inopia y estar muerto en vida.
Ana Hatun Sonqo