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Super luna de noviembre.

 

La luna más grande y brillante desde 1948 apareció el pasado lunes 14 de noviembre. Realmente es todo un espectáculo poder ver el centro de la ciudad lleno de personas embelesadas ante el efluvio de nuestro satélite.

Todos captando la imagen brillante de la luna en sus teléfonos móviles para inmortalizar el momento. Nadie cree en nada, pero ante la dama blanca todos guardan pleitesía, influenciados por su luz y tamaño.

Fuente de inspiración de pintores, poetas y filántropos, los expertos dicen que la mayor superluna del siglo XXI se producirá el 06 de diciembre del año 2052. Para esa época todos calvos!. Me resulta muy curioso que esta luna se de en este momento y en medio de las grandes celebraciones del año, Shamhain, fiesta de los muertos y Yule, solsticio de invierno.

¿Qué características nos aporta la luna llena? Teniendo en cuenta que esta luna aumentó hasta un 14% y su brillo, alrededor de un 30%, a priori incrementa su influencia mágica proporcionándonos prestigio y notoriedad. Físicamente nos sentimos renovados con una gran energía para enfocarnos en nuevos proyectos.

Aquellas personas que son sensibles pueden tener problemas para conciliar el sueño durante 2 o 3 días a causa del gran potencial energético.

Paciencia y aprovechar para deleitarse del espectáculo celeste junto a esta gran dama tan familiar en nuestras vidas.  

 

La Trinidad Sagrada culmina el 2016 y abre los senderos del 2017.

 

Si conseguimos prolongar esta euforia cósmica de ancestros y luna experimentaremos una de las oportunidades más especiales para recibir el próximo año 2017. Y es que estamos en un periodo de “siembra” donde nuestra capacidad humana se pone al servicio del mundo espiritual.

Venimos de la muerte simbólica, transformándonos a nosotros mismos con el primero de noviembre y la celebración de los antepasados. En esos días nos debimos preparar para la renuncia de lo que creemos que somos.

El Mesías, el hijo e hija mensajero/a se rinde ante su “destino” declinando a su identidad para honrar a Diana, la sabía luna que ilumina los caminos como un faro de luz en el cielo.

Esta gran Madre plena, desborda sus bellos atributos para guiarnos hasta las puertas de los dioses y acompañarnos junto al creador, el Dios verdadero que abre las puertas del solsticio de invierno, aquellas donde los hombres se hacen dioses.

 

Ritual de los ancestros a la luna, rumbo al solsticio de invierno.

 

Cada año honramos los antepasados con la celebración de todos los santos. Esta efeméride cierra un final e inicia nuevas energías que nos llevan al solsticio de invierno, la obertura de las puertas celestes, cuando simbólicamente los hombres se hacen dioses.

Es una época muy importante para cerrar etapas y abrir nuevos horizontes.

Nuestros antecesores, los celtas, festejaban el nuevo año con el encendido de los fuegos de Shamhain, el primero de noviembre.

Este gran festival que encumbraba al astro rey en las hogueras, celebraba el triunfo de la vida eterna sobre la muerte física.

El velo que hay entre los dos mundos es delgado y los seres queridos del mundo invisible se unen a los humanos en el trabajo y la celebración. Todo es uno. Todo está relacionado.

Es un buen momento para unirse con los seres amados y disolver las deudas karmicas, armonizar las vidas pasadas y ordenar la memoria ancestral. En la rueda del año está es la tercera y última cosecha.

Durante todo el mes de noviembre estamos auspiciados por la Diosa Anciana, llamada Cailleach y encarna las fuerzas de la concentración. Invócala para que te aconseje y sea guía en la profecía e inspiración para predecir el futuro.

 

Ana Hatun Sonqo