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El uso y manejo de las tradiciones merece respeto, honorabilidad y sabiduría. En la actualidad están llegando corrientes antiguas que adaptamos a las metrópolis para encontrar calma y tranquilidad como es el uso de la Ayahuasca.

Esta es la planta más importante, reconocida como maestra, su espíritu te permite conectar con la substancia divina, con los archivos universales y acceder a esa enseñanza ancestral. Toda esta central de poder está a disposición de todos, pero siguiendo normas milenarias, ética y sentido común.

Acceder a todo ello es adentrarte en la inocencia y pureza del corazón, el camino más digno de entrega. Esta planta debe tomarse en un contexto ceremonial. El Ritual es el acto que va a encajar las energías que llevarán a buen fin la curación de los participantes en la reunión. Sin este protocolo, sea el que sea, no hay una conexión con el Espíritu de la Ayahuasca.

Todo se inicia con una oración, con la obertura de la Ceremonia que puede seguir un diseño tradicional o contemporáneo. Las personas que dirigen dicha Ceremonia deben tomar la misma Medicina Ayahuasca que consumirán los asistentes. Los indígenas así lo hacen y en Occidente seguimos esta forma que nos ayuda a sintonizarnos con todo el grupo.

En el trance, el tiempo en el que dura los efectos de la Ayahuasca, se abren puertas visibles e invisibles que el Chaman percibe con destreza para "viajar" a través de esas dimensiones. Si no toma Medicina no es una persona experta en el trance, es un aficionado oportunista que desconoce la Planta.

Hay que desconfiar de aquellos que manifiestan que no "necesitan" tomar Ayahuasca, que ya están habituados y por tanto son "especiales". Eso es mentira. Desde hace milenios esta planta se ha utilizado para aprender y evolucionar.

Nuestros antecesores, custodios de las tradiciones, siguen y seguirán tomando Ayahuasca en sus Ceremonias precisamente para estar entonados con la vibración de la planta y poder curar a las personas.