En Europa está surgiendo un movimiento de chamanes que cada vez recluta más adeptos. De diferentes esferas sociales, profesionales e intelectuales tienen un punto en común: todos han pertenecido a colectivos espirituales y/ o religiosos, sus ideales se vieron truncados por la hipocresía del propio grupo y han buscado en “tierra de nadie” sus propios dogmas.
Estos neo chamanes occidentales, amantes de la Tierra como creadora de la vida y de las tradiciones ancestrales de las tribus, como guardianes y custodios de lo auténtico, tienen su fuente de inspiración en sí mismos como espíritus y en la conexión directa con la naturaleza.
Hace años, vaticinamos el incremento de estas nuevas tribus urbanas, un hecho que cada vez se multiplica a causa de una necesidad existencial de encontrarse a sí mismo, tener paz interior y poder hacer frente a los numerosas cambios que se están produciendo en nuestro primer mundo.
Acontecimientos excesivos e inesperados que nos hacen vivir en un lugar hostil y lleno de peligros. Nada ni nadie está a salvo en un espacio que no tiene distancias.
Ese planeta que nos sostiene, la Tierra, se convirtió en el hogar de todos sus habitantes unidos por las nuevas tecnologías, dependientes de los artilugios que tanto nos acercan y que tanto nos separan de nuestra autentica esencia humana; el contacto directo con la creación y todos los seres que en ella habitan; piedras, vegetales, animales y humanos. Perder esta relación es perdemos a nosotros mismos.
Chamanes de verdad
El chamanismo tiene un punto de sostén y aplomo que no nos lo da ninguna otra disciplina esotérica, religiosa, dogmática, espiritual, etc. y es la conexión con lo infinito. Los chamanes utilizan el Trance, los viajes chamánicos como forma de comunicación con los diferentes planos de la realidad y este punto es común con todas las tradiciones del planeta; desde Alaska a la Patagonia, en todos los confines de la Tierra, aquel que se dice Chamán, “viaja” al mundo de los espíritus en busca de información, poder y consejo para actuar en nuestro plano terrestre y así ayudar en la sanación de la persona, comunidad o dando la armonía a aquella situación que necesita equilibrio.
De todos los neo chamanes que tenemos en la actualidad, hay pocos que se puedan considerar chamán. Ese “privilegio” es una nomenclatura que no te da nadie en una escuela, cursito ni taller. Te llega desde ese mundo superior, desde el contacto con lo infinito donde se producen los viajes, desde los planos oníricos de la consciencia, desde la relación con la creación y ahí es donde te dan el reconocimiento, no por lo que eres si no por lo que representas.
Jamás conocí ningún Chamán que lo quisiera ser, que supiera donde se adentraba, que le dijeran que lo era. Esa trama está envuelta en un gran misterio del cual no tenemos ningún tipo de control y al cual no podemos rechazar.
Regresar para cumplir la misión
Hoy en día todos hemos sido chamanes, muchas personas nos lo comentan con gran orgullo. Es cierto, tenemos muchas vidas pasadas, somos muy antiguos, hemos representado a muchos personajes, pero eso no significa nada, lo que cuenta es la experiencia actual y como me desarrollo en mi propia existencia, con los retos y desafíos que tienen todos los habitantes de la Tierra.
Todos nacemos igual y morimos igual y aunque tengamos una aparente posición de privilegio evolutivo, igual podemos que adelantar o retroceder. Lo más importante es vivir lo que te toca en el momento que te toca. Neo chamanes... aquellas almas que regresaron para cumplir una misión; restablecer la armonía del planeta.
Y esas gentes, esos nuevos chamanes llegan desde Occidente, son nuestros vecinos, amigos, compañeros... Re surgen con gran fuerza, plenos de buena voluntad e idealismo.
Han nacido en los países de donde partieron sus antepasados, los conquistadores que 500 años atrás masacraron el Nuevo Mundo y a los portadores de la verdad, a los indígenas, sabedores de las Plantas Maestras, del equilibrio de los ecosistemas, de las jerarquizas generacionales, del respeto a los semejantes, de las tradiciones y de la sabiduría de la Tierra.
Ese es el Gran compromiso de los Neo Chamanes occidentales, regresar de nuevo para sanar nuestro pasado, reconocer nuestras familias y restablecer las tradiciones del siglo XXI.