Image

Recuerdo cuando se acercaba el 2012. Había una gran expectación en los colectivos espirituales. Grandes cambios se avecinaban, el final de esta civilización como la conocemos y el despertar de  la humanidad.

Algunos aseguraban que este planeta sucumbiría en un cataclismo destructor con terremotos, maremotos y todas las catástrofes naturales posibles para acabar así con  esta “mala” civilización. 

Algún amigo me confesó que el 22 de diciembre del 2012, efemérides del Gran Cambio, lo pasaría en casa con sus seres queridos “por si acababa el mundo” . Estos argumentos, fruto del miedo y  la manipulación de los medios de comunicación, redes sociales, películas sensacionalistas y literatura barata tergiversaron el auténtico sentido de la humanidad actual y el camino que ahora debemos seguir para funcionar de una forma diferente a como lo hicimos hasta ahora.

 

Los niños son adultos:

Durante casi 100.000 años nos basamos en unas creencias, dogmas y parámetros que estuvieron gobernados por el ego, la individualidad y que ahora están en desuso. Épocas muy florecientes en que éramos niñitos donde necesitamos a “papas” que nos orientaran; Jesús, Buda, Lao- Txe, Mahoma y tantos Maestros, que nos han dado el mismo mensaje, independientemente de que religión o filosofía profesaran; todos somos iguales, todos somos seres de Amor, todos podemos convivir juntos en Armonía y Paz. Los “niños”, la humanidad, ha crecido y al igual que en nuestra vida es el momento de caminar con independencia, dejando a nuestros “papas”, acompañados por nuestros hermanos, los habitantes del planeta Tierra.

Ese es el crecimiento que ahora estamos experimentando, ese es el despertar de la conciencia, ese es el despertar a lo desconocido, a lo que no sabemos, a la renuncia del que fui y que nada o muy poco  me aporta en la actualidad. Simbólicamente, el que fui, murió,  como el gusano que pasa a otro estado convirtiéndose en larva para transformarse en una hermosa mariposa y volar. Déjate llevar por el corazón, vuela y llega al infinito. Siente en tu panza, en tus intestinos que eso es  “irrealmente” real.

Percibe de otra manera. Lánzate.

 

El despertar de la humanidad:

En el momento actual hay muchas personas que lo están pasando realmente mal. En nuestro hogar, la Tierra, hay una gran inestabilidad latente provocada por los numerosos incidentes globales y personales.

Es un tiempo de grandes desafíos. Si hacemos un estudio social rápido de nuestro entorno y valoramos de forma personal la biografía, hechos importantes, familia, conducta personal, etc.

Aunque sea una persona que “aparentemente” está en una senda espiritual nos daremos cuenta de que hay muchos puntos ciegos donde nuestro interlocutor no quiere ver, no sabe ver o no puede ver. Esas son pautas caducas que nos separan abismalmente de la Consciencia actual.

Aquellos que siguen quejándose, verbalmente o mentalmente de la “mala vida que tienen” y dan la responsabilidad de sus males a su jefe, pareja, progenitores, etc. están en un estado de bajo nivel.

Los que se resignan a un mal karma  alegando que nada se puede hacer o aquellos que alardean de sus triunfos sanadores con sus hermanos están en una decadencia muy destructora.

Ahora ya todos somos sanadores, telepáticos, creadores de nuestras casualidades, etc. ¡Ya todos somos!. No hay Maestros destacables, ya hemos crecido como humanidad, no los necesitamos. 

Y aquellos que siguen en esa tesitura tienen los días contados... Van en contra de la evolución.  Poseemos todas las herramientas para poder ejecutar por nosotros mismos; tenemos toda la información, aprendizaje y teoría necesaria.

Chamanes del valor:

Ahora es el momento de que los chamanes ayuden a cruzar puentes, a mostrar perspectivas más amplias, a acompañar e incentivar, a orar de forma anónima y a velar por toda la Creación.

Los auténticos chamanes tienen una relación equilibrada con su propia vida y cotidianidad. Cualquier habitante de la Tierra tiene los mismos problemas, las mismas penas, desafíos, retos, etc.  La gran diferencia es como gestiono todas esas situaciones.

Y ahí es donde los  chamanes juegan un papel fundamental para sacar el valor de cada ser, el coraje de asumir y crear su propia vida.  En toda esta fauna de autoayuda y crecimiento personal, surge una nueva figura, los facilitadores.

Según la wikipedía, un facilitador es la persona que ayuda a un grupo a entender los objetivos comunes y contribuye a crear un plan para alcanzarlos sin tomar partido, utilizando herramientas que permitan al grupo alcanzar un consenso en los desacuerdos preexistentes o que surjan en el transcurso del mismo.

¿Como alguien que no se compromete puede enseñar lo que es el compromiso? 

En el momento actual necesitamos personas comprometidas, seres que proclamen los valores y que sean un referente, no por lo que hablan si no por sus acciones. Hay que hacer. La misión ha de ser unánime:  ayudar a entonarse y disolver el miedo.

La inmovilidad más terrible del ser humano es el miedo a sí mismo. Ese es el reto. Accionar con Amor esas energías para bien de la Humanidad y del Planeta. Los chamanes son humanos y como tales se equivocan. Asumen sus fracasos, son capaces de pedir perdón y remediar lo realizado por ignorancia. Jamás hay un fondo de alevosía y mala intención...

Saben perfectamente el precio que se paga por ello. Acabaremos con una frase de un Gran Maestro: “por sus obras los conoceréis”, usado con relativa frecuencia, tiene su fuente en el evangelio. Lo dijo Jesús para darnos un criterio que nos ayude a distinguir entre los verdaderos y los falsos profetas. Y en la actualidad hay muchos, muchísimos...

Ana Hatun Sonqo