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Como actúa el depredador esencial.

Este punto es muy importante, es la clave del depredador esencial y lo que lo diferencia de otros modelos emocionales, con sus propias características.
Este es un rastreador que va a lo más escabroso de la persona, a los secretos
más íntimos del alma para succionar toda su vitalidad.

Aquí las emociones son una simple puerta que se abre para ahondar en el centro de la divinidad de la persona. Sabemos que somos dualidad, que tenemos una parte de luz y de oscuridad, reconocer esa totalidad nos da fortaleza. El depredador sabe de la falta de equilibrio de su víctima ante las polaridades, por eso utiliza las tretas psicológicas como una simple herramienta para tener acceso a niveles
profundísimos. Siempre va con “victimas” con características muy definidas.

Una vez adentro se sintoniza con estas partes duales de la persona,
solapándose en la oscuridad para potenciar las dudas y activar todo aquello
que no soluciono haciéndola sentir mal, movilizando lo que no quiere ver ni
reconocer de sí misma y de los demás.

Realizada esta operación el depredador se esconde en ese lugar hostil, frio,
lúgubre, donde está permanentemente activando la oscuridad de la persona, debilitándola física y mentalmente. Y en este juego escabroso empieza a alimentarse de la otra parte de luz, divinidad y esencia para robar el alma de su víctima.

Quizás te preguntes, si el depredador se alimenta de luz, eso tendrá una buena influencia sobre él y la persona. Rotundamente no. Toda esta treta se hace desde lo más perverso y nada que viene desde esos lugares tiene cabida para la luz. Es un robo de la esencia con toda la mala intención, una semilla maligna en la cual crecerá lo plantado, el mal.

Esto no es ciencia ficción, esto es la realidad en pleno siglo 21. Por eso, si no
puedes sacar de tu cabeza a esa persona, probablemente sea un depredador
esencial, muy difícil de expulsar pero no imposible.

Cómo cortar la relación con el depredador esencial.

No es fácil cortar los vínculos que puedes tener con un depredador esencial,
pero se puede conseguir. La actitud de la persona es muy importante ya que
requiere de mucha fortaleza, compromiso y acción.

Fortaleza para hacer frente a la situación, ver con claridad lo que ocurre y
poder sacar lo mejor de esa experiencia para salir adelante con más
autoestima y desarrollo personal. Evidentemente, ese tipo de personajes no se van a la primera porque son muy insistentes, no sueltan tan fácilmente a su presa y recurren a todo tipo de estrategias para cansar a la víctima.

De alguna manera, es un comportamiento muy primario donde se libra una batalla de fieras en la cual la victima debe ser extremadamente comprometida con lo que quiere, que es sacarse de encima a esa persona. Lo más complicado es dejar de atraer a estos personajes y ahí es donde hay que profundizar en la persona, la que actuó como “víctima”, para transformar esa energía en relaciones prósperas y beneficiosas.

Parece un sueño, pero es posible.

La mente es una gran herramienta, un poder ilimitado del ser humano que
puede ser un gran aliado o el peor de nuestros enemigos. En el arte de saber vivir la vida, la gestión mental es imprescindible para tener total y absoluto control de los pensamientos.

El pasar a la acción, estar en movimiento es básico, siempre con un objetivo
bien definido. El depredador huye de las personas con sentido y dirección por que están en una frecuencia propia, personal, única, que va desde adentro hacia afuera. Me explicaré. Cuando estamos definidos y concretos en lo que queremos generamos una fuerza con la totalidad de nuestro ser; físico, mental, emocional y espiritual. Está unificación contribuye a generar un campo de vibración que afirma aquello que nos nutre. Un depredador jamás perderá el tiempo en algo inalcanzable.

La acción es el combustible para que se mueva lo nuevo.

Evidentemente, esta fuerza la poseemos todos los seres humanos pero nos la mengua aquello que no solucionamos, entendemos, dejamos incompleto, etc.

Ahí es donde entra el Chamán para ver y diagnosticar en qué punto está la
persona atacada. Después hay que proceder a la expulsión de ese ser oscuro
que se ha escondido dentro de la víctima y operar energéticamente para sacar los residuos parasitarios.

Buscar la mentira chamánica, que le hizo creer, es imprescindible para saber
que comprometió a la persona con el depredador, profundizar en el origen de la funesta relación, romper la afinidad con él y con este tipo de seres.

Arrancarlo de la esencia y volver a recuperar la Chispa Divina puede requerir
de la guía de un Chamán, ya que se debe navegar en el inconsciente de la
víctima con destreza y determinación. A través de la consulta personal se
podrá diagnosticar lo que ocurre en esta y en otras dimensiones y ver el origen de la situación.

Esa maniobra chamánica debe pasar inadvertida para el depredador, ya que nada debe agitarlo, recuperamos el alma incorporando en la persona lo que está fuera de la esencia, aquello que huyo por miedo, para
unificarla de nuevo con fortaleza, armonía, poder y equilibrio.

Ana Hatun Sonqo